La pandemia provocó grandes cambios a nivel económico y social, por lo que se estableció un modo de interaccionarnos diferente al anterior. En este nuevo paradigma, el valor de los datos y su análisis ha crecido en lo que respecta al sector de la experiencia de cliente.
Esta situación se debe a la aceleración de la transformación digital y la necesidad de conocer de forma precisa las actitudes y los comportamientos de los consumidores, que cambian rápidamente. Algunas soluciones que han tomado las empresas son: nutrir ecosistemas de socios que conecten equipos de toda la empresa, dar mayor poder a la tecnología y a los datos, creación de nuevos departamentos y nuevas formas de adaptación a los clientes.
Para lograr estar a la altura de esta aceleración de datos y herramientas tecnológicas, se están haciendo cambios de transformación de infraestructura y analítica. La inversión en inteligencia artificial (IA), el aprendizaje automático y otras ciencias de datos, son varios ejemplos.
Además, la estructura organizativa también está cambiando, al igual que los roles existentes de las empresas. Por ejemplo, una gran marca como L´Oréal nombró un director de datos global recientemente. Muchos otros buscan reclutar nuevos talentos, mejorar las habilidades de los equipos heredados e integrar conjuntos de habilidades recién adquiridas. El fin es combinar la alfabetización de datos y la comprensión empresarial. Una de las capacidades más importantes que las empresas buscan desarrollar es la «narración de historias» y la comunicación de las impresiones de sus datos y modelos a sus partes interesadas.
Las empresas que están a la vanguardia de los datos y el análisis han dado una gran prioridad a desarrollar y nutrir sus ecosistemas de datos. Estos ecosistemas de datos incluyen fuentes de datos y agregadores de los mismos, así como agencias especializadas en todo el proceso continuo de preparación, análisis y plataformas de activación de marketing.